El presupuesto también investiga

Aspectos que las instituciones oficiales deben tener presentes respecto al equipamiento del laboratorio

Ya sea en el ámbito de la formación, la salud o la investigación, las instituciones estatales gestionan muchos laboratorios que lidian con las más diversas áreas temáticas. Pero hay algo común a todos: en lo que al equipamiento se refiere, las entidades públicas se mueven en un margen presupuestario delicado y siempre se les pide que ahorren todo lo posible. No obstante, las instituciones con presupuestos reducidos no pueden y no quieren renunciar a equipar sus laboratorios de modo que ofrezcan unos requisitos adecuados para obtener las mejores condiciones de investigación, comprobación y aprendizaje. Por ejemplo, una silla de laboratorio permite visualizar fácilmente la demanda cualitativa y, al mismo tiempo, demuestra que también hay soluciones asequibles para cumplir sin problemas con esta exigencia. Pero, ¿cuáles son exactamente los requisitos que debe afrontar a día de hoy una silla de laboratorio moderna en el sector público?

Sea cual sea el presupuesto: no se puede recortar en higiene

El requisito básico para un trabajo de alta calidad en el laboratorio (y para obtener unos resultados adecuados) es la limpieza absoluta. No hay nada que afecte de peor manera a los resultados del trabajo que la suciedad, los microorganismos o las contaminaciones transferidas. Para poder contribuir adecuadamente a una higiene idónea en el laboratorio, la silla debería tener un diseño con la menor cantidad de uniones posible, ya que solo así se evita que puedan quedar restos que pasen desapercibidos y se acumulen en puntos inaccesibles. Además, también debe contar con materiales lavables y ser resistente a todos los productos de limpieza y desinfección habituales.

La silla de laboratorio debe ser compacta

En muchas instituciones públicas no solo existen condiciones marco especiales en lo que respecta al presupuesto, sino también al uso intensivo. Por ejemplo, en los grandes laboratorios, aulas de formación, universidades y escuelas técnicas suelen modificarse con frecuencia las estaciones de trabajo y con ellas también suelen cambiar los usuarios. De esa forma, diferentes empleados o estudiantes usan una misma silla en poco espacio de tiempo. Una estructura compacta contribuye, entre otros, a que la silla de laboratorio sea resistente y transforma así una inversión en una solución a largo plazo. Una solución que puede almacenarse con facilidad, que se puede apartar rápidamente y que ahorra un valioso espacio, ya que cada metro cuadrado del laboratorio es caro y debe utilizarse de forma óptima.

Ahorrar en el lugar adecuado: la complejidad de la silla del laboratorio

Si las sillas, además de a los aspectos higiénicos y cualidades respecto a la técnica y el material, también deben contribuir a la ergonomía del laboratorio, es fundamental que las funciones de este aspecto resulten sencillas de manejar. El mejor ajuste según las preferencias personales y las características del cuerpo solo aporta algo si realmente se usa. En este sentido, las sillas de laboratorio de Bimos apuestan totalmente por una ergonomía de laboratorio propia orientada con precisión a las condiciones específicas y que funciona de modo casi autoexplicativo. De especialistas a todoterrenos: la oferta de sillas de laboratorio ofrece siempre una solución de asiento duradera de máximo nivel. Incluso cuando las condiciones del presupuesto de los planificadores obligan a utilizar los medios para el equipamiento de la forma más eficiente posible.



En Bimos puede obtener información sobre cómo puede equipar su institución con sillas de laboratorio excelentes y asequibles.

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